13/07/2024

Ciclo de Entrevistas: El Sindicalismo ES con Nosotras

María Ana Mandacovik: “Estar en el Sindicato es una decisión de vida”

Como en muchos otros ámbitos y tiempo atrás, el sindicalismo, no era un espacio en el que las mujeres pudieran ocupar cargos importantes. Sin embargo ello fue cambiando con el paso de los años y actualmente es impensable “armar una lista” de renovación de Comisiones Directivas sin incluir a las compañeras que militan y luchan a la par de los hombres.

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Foto: 
La Ranchada

Desde este Ciclo de Entrevistas para Enfoque Sindical compartiremos la experiencia de mujeres que no temen alzar la voz en defensa de los derechos de las y los trabajadores. A continuación la primera historia de vida de una dirigente comprometida, clara en sus conceptos y con una visión que trasciende los límites de su provincia desde donde lucha por quienes integran el sector de prensa.

María Ana Mandacovik es Secretaria General Adjunta de la CTA Autónoma, Secretaria General del Círculo de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (CisPren), Secretaria de Organización de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y docente de la Universidad de Córdoba. Con su pareja y sus tres hijos conforma una familia que supo armar su propia dinámica.

 

¿Cómo y cuándo inicio su camino en el sindicalismo?

Ese camino inició cuando comencé a trabajar, pero previo a eso cuando estaba en la Facultad participaba de las distintas actividades que hacia el Sindicato como por ejemplo peñas. Eso era allá por la década del ´80 ni bien recuperada la Democracia. Allí nos encontrábamos con las y los trabajadores de prensa que eran nuestros referentes y en los que uno se miraba para ser un futuro profesional. Cuando comencé a trabajar me llamo la atención que nadie quería ser delegado. Yo dije que quería ser delegada estando embaraza de mi segundo hijo. Me había afiliado antes por el plan de viviendas que tenía el Sindicato ya que no teníamos casa.

 

¿Encontró resistencia en esos años para su participación sindical?

Más que resistencia era el hecho de ocupar un espacio que no fuera Cultura u Obra Social, pero eso después se fue modificando y tiene que ver con la participación de las compañeras aunque es algo que todavía cuesta. Nosotros tenemos una Comisión Directiva que cuenta con equidad de género, sin embargo en las reuniones participan más delegados. Si no hubiéramos estado en un proceso de desintegración – por diferentes situaciones que nos pasaron- probablemente el Secretario General sería un varón. Pero como la situación era limite que vaya María Ana.

 

¿Ya no cuesta tanto ocupar los primeros lugares en las listas de Comisiones Directivas?

No cuenta tanto, pero no sobran compañeras que quieran hacerlo y eso es un problema. Me gustaría entregarle el mando a otra Secretaria General, pero no veo a quien pueda tener ganas de ser Secretaria General del CisPren.

¿Cómo valoraría su experiencia con los cargos que ocupa en la CTA Autónoma y en el CisPren?

Creo que es positivo que podamos tener representación en una Central quienes estamos en el interior porque generalmente esos cargos son ocupados por quienes son secretarios general nacionales. Siempre hay que tratar de pelear la equidad de género en todos los espacios y en la toma de decisiones. Pero uno, luego, se enfrenta con el porteñocentrismo. Soy Secretaria General Adjunta de la CTA Autónoma, pero tengo un Sindicato que conducir en Córdoba por lo que cuesta equilibrar los tiempos. Tenemos muchos conflictos en prensa por lo que debo quedarme en mi lugar para construir en relación a las paritarias y los inconvenientes con los medios públicos. Eso hace que uno ceda espacios en la conducción nacional más allá de que me consulten. A la hora de los bifes las cosas pasan en Buenos Aires. El federalismo es parte de lo que uno debe tratar de pelear aunque hay muchas cosas que pasan en las provincias y no siempre están reflejadas. Igual siempre es importante que nos tengan en cuenta y que se pueda hacer una conducción considerando a una compañera. Lo ideal es poder proyectar para, alguna vez, poder conducir la Central. Ese sería uno de los desafíos más grandes.

 

Se suele decir que los Periodistas no son lo que hacen sino lo que son   ¿con el sindicalismo pasa lo mismo?

Si, ciento por ciento. Somos sindicalistas las 24 horas del día y mas también. Uno no puede dejar de ser algo. Yo soy Periodista, sindicalista y docente universitaria. Estar en el Sindicato es una decisión de vida y eso hace que uno lleve cierto ritmo especialmente en estos tiempos donde la actividad de prensa está en una tormenta perfecta que no se sabe para dónde puede salir. Tenemos la responsabilidad de construir colectivos, de proponer agenda y de pensar para adelante porque sino nos quedamos en la resistencia y estamos cada vez peor.   
 

¿En este trabajo de compromiso sindical el apoyo de la familia fue fundamental?

Sin duda, pero hemos tenido altibajos porque todo esto te lleva a estar poco tiempo en casa. Pero al tener hijos varones a muchas actividades los llevaba el padre. Si bien hemos tenido dificultades no ha sido un peso para mí el entorno familiar. Hubo algunos reclamos, pero que tuvieron que ver con la sociedad machirula. Uno se tiene que correr de ahí y si se quiere estar en los lugares de decisiones hay que romper con eso. ¿Quién dice que la que cocina es Mamá? Yo no cocino, no me gusta y no me sale bien. Y mis hijos prefieren que cocine el padre. Armamos una dinámica familiar diferente, pero no en un tono de lo ideal porque no hay ideales. Las amas de casa también tienen conflictos, yo los tengo en el plano de ser dirigente sindical. 

 

¿Cuál es, actualmente, el mayor desafío para las mujeres en el ámbito sindical?

El mayor desafío es que podamos seguir ocupando lugares en la toma de decisiones. Que podamos integrar ciertas reivindicaciones que tienen que ver con lo que sostienen los feminismos populares. No es una reivindicación solo nuestra  en contra de los machos. Los compañeros deben entender la lucha de los feminismos populares como parte de una reeducación mayor esto que estamos pudiendo revertir lo que el sistema patriarcal propone. El desafío es poder abrir esos debates. 
 

¿Qué mensaje dejaría a las mujeres que inician su camino en el sindicalismo?

Que se animen a ser protagonistas, que no hay que pedirle permiso a nadie, que la militancia no es incompatible con la maternidad. No hay que maternar como el sistema quiere o lo hacemos como nosotras pensamos que debemos contener a la sociedad en la que queremos que nuestros hijos vivan de manera distinta. Sino nos sentimos culposas y el peso de todo eso nos lleva a claudicar.   

 

Cafecito