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La noticia pudo haber sido que el fútbol femenino de los Estados Unidos ganó en Francia su cuarta copa del Mundo. Pero no. Los titulares de los principales diarios del mundo fueron dedicados al derecho de las mujeres futbolistas a un salario igual que el de sus colegas masculinos.
La estadounidense Megan Rapinoe, la "Maradona" yanqui de las féminas, hizo del Mundial de fútbol femenino una disputa política por los derechos de las mujeres y las identidades disidentes. Ese reclamo tuvo un enorme eco entre los asistentes. Al finalizar el partido entre Holanda y EE.UU., que ganó este último seleccionado por 2 a cero y que le valió el campeonato del mundo, una sola ovación retumbó en todo el estado de la ciudad de Lyon: "Equal pay, equal pay" ("igualdad salarial, igualdad salarial"), se escuchó cantar al público estadounidense que había colmado la cancha.
Esa proclama tapó el viejo cántico de las hinchadas "masculinas" cuando su equipo gana una medalla o una copa: el clásico "Dale, campeón", que enaltece a las vencedoras, fue suplido, como se dijo, por el de "igualdad salarial, igualdad salarial". Las futbolistas argentinas, que en el pasado mundial han tenido una actuación más que destacable, parecen estar adelantadas en este sentido: ya tienen un convenio colectivo de trabajo que las ampara (ver nota).
Fuente: Telesur
