27/03/2023

Un hecho histórico

Primera elección de delegados en McDonald’s Argentina: La historia de una empresa antisindical

McDonald’s, fundada en la década de 1940 en EE.UU., llegó a la Argentina en 1986. Sin embargo, y continuando la política de la empresa a nivel mundial, buscó siempre impedir la organización gremial de sus trabajadores y trabajadoras. Por eso, la elección de delegados y delegadas el pasado 10 de marzo en la sucursal de un shopping de Neuquén fue un hecho histórico.

Luego de un proceso de organización que llevó varios años y en el que 300 personas se afiliaron a la seccional Patagonia del Sindicato de Pasteleros (la organización que negocia la paritaria general de los locales de comida rápida), se llevaron a cabo los comicios. Los mismos no estuvieron exentos de ataques patronales e intimidaciones. Incluso el día de la elección, un representante de la empresa filmó y sacó fotos a quienes votaban.

A pesar de los intentos patronales se eligieron delegados y, por primera vez en la historia, las y los empleados de McDonald’s Argentina tendrán representantes en su propio lugar de trabajo.

"Me es grato compartir una conquista importantísima para todos quienes queremos una nueva época donde prime la dignidad laboral, la libertad sindical y ser la luz y referentes de tanta juventud”, declaró María Emilia Villar, secretaria general del Sindicato de Trabajadores Pasteleros de la Patagonia. “Gracias por el apoyo de todos quienes a pesar de los inconvenientes fueron parte de esta conquista", añadió en diálogo con La Mañana de Neuquén.

La dirigenta también publicó un video en sus redes sociales en el que señaló que “a partir de ahora” comenzarán a “saldar esa deuda de años” con el objetivo de “trabajar y construir por y para los trabajadores”.

Finalmente, estimó que en todo el país son aproximadamente 25 mil los trabajadores y trabajadoras que se podrían organizar a partir de esta experiencia.

Espiando a los trabajadores

La votación en Argentina toma otra relevancia cuando se toma en cuenta que es la primera desde la instalación de McDonald’s en el país, pero también al observar la política de persecución de la empresa ante cualquier atisbo de organización en todo el mundo. Sin ir más lejos, a comienzos de 2021 la revista estadounidense Vice reveló que la compañía tenía montada una estructura internacional de espionaje contra sus propios trabajadores. El objetivo era prevenir acciones que “podrían poner en riesgo la seguridad del equipo y los clientes”.

Con oficinas en Chicago y Londres, además de la información que poseía sobre sus empleados, se utilizaban herramientas de monitoreo de redes sociales y se crearon cuentas falsas para recolectar datos. Su principal preocupación es el movimiento “Fight for 15” que busca aumentar el salario mínimo en EE.UU. a 15 dólares la hora (actualmente, el salario mínimo federal es de 7.25 dólares).

En los documentos dados a conocer por la revista se destaca que McDonald's busca prever "cómo y dónde atacará” el movimiento “Fight for 15” a la marca. También apunta a la recopilación de información sobre “panoramas políticos difíciles en mercados complejos que podrían causar una interrupción comercial significativa e impactar en los retornos de la inversión”.

El portavoz de McDonald's, Jesse Lewin, respondió que la denuncia incluía información falsa y engañosa. Sin embargo, confesó que tienen “la responsabilidad de monitorear la actividad de protesta laboral” que puede “interrumpir las operaciones del restaurante y poner en riesgo la seguridad”. “Esto no es inusual para una gran corporación multinacional como la nuestra”, completó.

Una patronal precarizadora y antisindical

En noviembre de 2019 la empresa debió pagar 26 millones de dólares para resolver una demanda legal colectiva de sus trabajadores en California. La acusación contra la cadena de comida rápida sostenía que los turnos se organizaban de manera que se negara el pago de horas extra así como también los horarios de descanso.

No obstante, un mes después y producto de su poder de lobby, McDonald's logró un dictámen de la Junta Nacional de Relaciones Laborales de EE.UU. en el que se estableció que la firma no debe ser considerada responsable de las prácticas laborales de sus franquiciados. El mismo fue ratificado en 2022 por un tribunal en Washington D.C. De esta forma deriva todas sus obligaciones (pero no así las ganancias) a las sucursales que, casualmente, tienen las mismas políticas anti trabajadores en todo el mundo.

Lukas Hochscheidt, analista de la Federación Alemana de Sindicatos, sostenía en una entrevista en 2019 que “el grupo McDonald’s ha mostrado poca cooperación durante años y se niega a permitir que sus empleados se sindicalicen” y agregaba que “los niveles salariales están muy por debajo de lo que realmente permitirían los miles de millones que gana la empresa”.

Precisamente en ese país, en 1979, el departamento de personal de McDonalds envió una carta con instrucciones a los gerentes de los locales de no reclutar a ningún simpatizante sindical. Durante los años siguientes el Sindicato de Trabajadores de la Alimentación (NGG) llevó a cabo distintas acciones y medidas de fuerza logrando un acuerdo colectivo en 1990.

Pero este no fue el único caso: la empresa del payaso Ronald tenía trabajadores sindicalizados en Puerto Rico hasta 1974 momento en que cerró todos los locales para reabrir en 1980, esta vez con mano de obra no sindicalizada. En Irlanda, luego de una huelga de siete meses en 1979, un fallo de la corte laboral obligó a la empresa a reconocer al sindicato, sin embargo los principales activistas fueron despedidos.

Más acá en el tiempo, durante 2009 la Federación de Sindicatos de Azerbaiyán logró organizar a trabajadores de cuatro locales de Bakú, la capital del país. En un año pasó de 18 a 165 afiliados y exigió llevar a cabo una negociación colectiva. La respuesta de McDonald’s fue convocar individualmente a los miembros del sindicato e instarlos a firmar documentos renunciando a su afiliación. Como la mayoría de los trabajadores tenía contratos temporales, se vieron obligados a hacerlo y para fines de 2010 solo quedaban 10 afiliados.

Detrás de estas acciones contra la organización de los trabajadores y trabajadoras, se esconde una política de violencia sistemática y acoso hacia el personal. En 2022 esto fue denunciado ante el Parlamento Europeo bajo el auspicio de la European Federation of Trade Unions in the Food, Agriculture and Tourism (Unión Europea), el Service Employees International Union (EE.UU. y Canadá) y Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación.

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En mayo de 2022 se cerró la paritaria vigente entre la cámara del sector de comidas rápidas de Argentina y el Sindicato de Pasteleros. Allí se acordó un aumento del 60% anual más un 14% extra por presentismo. Es decir que, a marzo de 2023, las y los trabajadores están cobrando salarios de $133.405 mientras que la canasta básica de pobreza asciende a $163.539.

En paralelo la empresa Arcos Dorados, que gestiona franquicias de McDonald's en América Latina, informó que obtuvo ganancias extraordinarias y por encima de las previsiones en el último cuatrimestre de 2022. La ganancia neta en la región fue de 54,5 millones de dólares comparados con 45,6 millones un año antes.

Frente a este escenario, la elección de delegados y delegadas en los lugares de trabajo se vuelve fundamental para poder revertir una fórmula recurrente: empresas con ganancias millonarias y trabajadores pobres. La expansión del ejemplo neuquino al resto del país será clave para el futuro de las y los trabajadores de McDonald’s en Argentina y todo el movimiento sindical.