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Hoy el mundo, azotado por una pandemia, está aprendiendo el valor de ejercitar el cuerpo para mejorar y mantener la salud física y mental. A contracara de esto, los y las Trabajadoras de la Actividad Física están atravesando una difícil realidad laboral debido a las dificultades que presenta la cuarentena. En materia de derechos laborales ha sido un sector históricamente postergado con un déficit estructural desde sus inicios y, por cómo se fue desarrollando en el mundo industrial, con una gran falta de políticas públicas que lo acompañen.
El círculo del deporte y la actividad física se fue configurando a oferta y demanda, con una deuda histórica: la escasez de derechos laborales para sus trabajadores. La falta de una visión productiva del trabajo con los cuerpos, somete a condiciones que nos llevan a hablar de trabajo marginal. Además, la tecnología amenaza con desplazar la tarea de entrenadores, instructores, preparadores físicos –entre otros- con aplicaciones. Ante esto, los Trabajadores de la Actividad Física alzan su voz revalorizando la tarea pedagógica que implica su profesión para trabajar la ESI (por dar un ejemplo) y la función social –específicamente durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio- de sostén que cumplen.
La amplitud laboral que presenta este sector genera muchas ofertas para quienes realizan un curso de entrenamiento y más aún para aquellas personas que logran atravesar carreras como la Educación Física. Pero esta gran oferta es accesible para aquellas personas que tienen el privilegio de poder estudiar sin tener que trabajar o, incluso, tener que trabajar sin cobrar o cobrando "honorarios" irrisorios para "ganar experiencia". Las expectativas superan a la realidad, dichos trabajadores terminan doblegando sus esfuerzos para poder desenvolverse en la profesión que eligieron y para la cual se formaron si es que no terminan en otro circuito laboral.
La situación actual de este sector pone contra las cuerdas a sus trabajadores. Mientras familias agradecen el trabajo que los y las “profes" realizan semana a semana, el cual sirve como sostén en épocas de aislamiento social –permitiéndoles a sus hijos e hijas salir de la cuarentena por un rato para encontrarse con sus compañeros/as de handball en una videoconferencia o realizando el desafío que desde el club le propusieron- mientras atletas esperan con ansiedad sus planes de trabajo motor para "escaparse mentalmente del aislamiento, mientras entrenan", los trabajadores/as de la Actividad Física son postergados por el Gobierno de la Ciudad ante las dificultades que surgen para poder pagar el alquiler, la comida e internet, quedando en la disyuntiva de tener que elegir cuál de las tres descartar cada mes.
Las tareas realizadas tienen un gran componente pedagógico y, por ende, social. "La Educación Física sin la pata social es correr atrás de la pelota" explica Martín Migliano docente de Educación Física del Isauro Arancibia, coordinador de proyecto socio-educativo de tenis y profesor en un club de CABA.
Si pasamos a ver los datos que arroja una encuesta realizada por dicho gremio a sus trabajadores vemos que: en marzo el 33% cobró el total de su sueldo, el 35% recibió recortes y el 31% no cobró directamente si pasamos al mes de abril solo el 5% de los y las encuestadas percibieron su sueldo completo y un 37% recibió recortes y a esto se le suma que no hay oferta laboral desde el inicio de la cuarentena. Es claro que mes a mes este sector viene siendo golpeado, y aún falta lo peor.
A esto se le suma la crisis que vienen atravesando los clubes de barrio, uno de los espacios en los cuales se desenvuelve este gremio, lo cual merece una nota aparte para entender cómo en los últimos 4 años fueron descuidados por el gobierno macrista, afectando a sus trabajadores. Por esto el colectivo de Trabajadorxs de la Actividad Física vienen trabajando de forma articulada con Defendamos los Clubes (espacio que nuclea a las dirigencias de estos clubes).
Esta inestabilidad laboral, junto a la cantidad de puestos de trabajo que cada colega debe reunir para alcanzar un sueldo digno, genera dificultades para la organización y el reclamo de derechos. Pese a todas estas adversidades hoy los y las Trabajadoras de la Actividad Física pisan la pelota y se organizan alzando su voz para ser escuchados.
- Jeremías D. Luis Llovet docente de Educación Física, entrenador de Handball en Estrella de Boedo y profe de terapia acuática para niñes con TGD en Velez Norte
