13/05/2023

Entrevista a Agustín Lecchi, Secretario General del SiPreBA

“Los despidos de Clarín fueron un mensaje mafioso contra el SiPreBA”

Fervoroso hincha de Termperley, y fanático del Diego, Agustín Lecchi, Secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) nos recibe en sus oficinas de la calle Solís. La partida arranca con una afirmación contundente sobre los despidos masivos de Clarín: “la única conclusión a la que llegamos es que fueron un mensaje político hacia el SiPreBA”.

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Foto: 
Luis Murillo

¿El argumento? El gremio que lidera logró recientemente una resolución del Ministerio de Trabajo que le otorgó la personería gremial, en detrimento de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), el sindicato que hasta ahora, se arrogaba ser el único en tener la facultad de negociar paritarias y que, a juzgar por su actuación en los últimos años, estuvo ausente en los conflictos por derechos laborales que involucran a los trabajadores y trabajadoras de prensa. Sobre la política nacional, Lecchi reconoce que “hay un desencanto generalizado porque no se resolvieron los problemas a la ciudadanía y que se recurrió a un discurso bastante conservador por parte del oficialismo”.  Pero también es optimista al señalar que se puede revertir esto “si tenemos unidad de la clase trabajadora, si estamos en la calle, si tenemos compromiso…” Finalmente, concluye que “la recomposición salarial es urgente y es un eje ineludible para nosotros porque tenemos trabajadores y trabajadores con tres y hasta cuatro empleos, y eso degrada nuestra actividad.”

 

¿Cómo analizás los 48 despidos por parte del Grupo Clarín?

El conflicto en algún punto nos sorprendió porque no había una situación económica que lo impulsara. Nunca es justificado un despido, y la verdad es que si hay un alguien que no tiene un problema económico es el Grupo Clarín. Un cálculo fácil, al analizar los balances, nos da que el despido de los 48 trabajadores representa sólo el 6% de los ingresos que recibe el directorio del Grupo Clarín. Para que se den una idea de los montos: había compañeros con 28 años de antigüedad cobrando 220 mil pesos por mes. Es decir, la situación de ajuste salarial de todos estos años llevó a que incluso los despidos también le salieran baratos y que, al mismo tiempo, los compañeros sufrieran un desgaste muy grande por los malos tratos del Grupo Clarín, tal como lo vimos ese domingo con el vallado en la puerta y cómo se manejó el Grupo a través de un mail del CEO Héctor Aranda, totalmente cínico. Sabemos muy bien que acá tampoco hay una necesidad de reconversión digital porque muchos de esos compañeros y compañeras trabajaban en redes, en el sector audiovisual, en edición de video. Entonces la única conclusión a la que llegamos es que los 48 despidos del Grupo Clarín fueron un mensaje político hacia el SiPreBA y hacia los medios de comunicación porque el 23 de enero de este año conquistamos la personería gremial, que era lo que veníamos peleando desde hace mucho tiempo. Nosotros sabíamos que iba a haber un vuelto de eso. Y vino como un mensaje mafioso. Ahora que te organizás, conquistás la personería gremial y te podés sentar en la paritaria, te despido 48 trabajadores para discutir, desviando el eje, puestos de trabajo. También creo que es un mensaje político a la sociedad en el contexto de un año electoral, preparando lo que se viene en caso de que gane la derecha, que es lo que pretenden grupos económicos como el Grupo Clarín.

 

¿Sigue vigente la conciliación obligatoria que Clarín no quiso acatar de entrada?

Otra particularidad de este conflicto es que por primera vez desde que nosotros existimos como sindicato -y entendemos que suele ser una rareza en el movimiento sindical en general-, es que convocamos a un paro inmediatamente, y eso generó que el Ministerio de Trabajo de la Nación interviniera, teniendo en cuenta además que Clarín había despedido trabajadores y trabajadoras de distintos puntos del país como las corresponsalías de Santiago del Estero, Rosario, La Pampa, entre otros. La particularidad es que también intervino la Secretaría de Empleo de la Ciudad de Buenos Aires a pedido de la empresa, cosa que no había sucedido nunca en nuestros ocho años de sindicato. Y acá se da una paradoja: el Grupo Clarín pretende desconocernos para discutir salarios, paritarias, un montón de cosas. Sin embargo, la Cámara que dirige el Grupo Clarín se tuvo que sentar en el Ministerio de Trabajo de la Nación con nosotros aunque se negó a discutir paritarias. Pero cuando el Grupo Clarín le pide a la Secretaría de Empleo de la Ciudad que intervenga, le pide que intervenga con SiPreBA. Esto nos dio legitimidad. Finalmente, 48 horas después se sentaron en el ministerio de Trabajo de la Nación y empezamos a tener un diálogo mediante el cual, al día de hoy y ya finalizada la conciliación obligatoria, pudimos reincorporar algunos de los compañeros que querían volver. También conseguimos mejoras no sólo para los que quedaron afuera, sino también para los que quedaron adentro, lo cual también es importante. No obstante, seguimos en lucha a través de la organización de plenarios de delegados. Además, entre otras medidas, estamos votando cese de tareas de todo el gremio y movilizaciones a la puerta del diario Clarín por reclamos salariales ya que, justamente, los dos ejes que planteamos van de la mano: la defensa de los puestos de trabajo y de los salarios, más en un contexto inflacionario como el actual.

 

¿Qué papel está jugando la UTPBA en este contexto?

Respecto al conflicto de Clarín ninguno, pero ya no nos sorprende porque no juega ningún rol en ningún conflicto laboral en los medios de comunicación, lamentablemente. Si uno pone un punto de inicio de la decadencia de la UTPBA, que fue el sindicato que nos cobijó en algún momento, que tenía una organización importante y jugaba un rol en los medios de comunicación, es precisamente en otro conflicto con Clarín sucedido en el 2000. En ese momento hubo 118 despidos, que incluyeron a toda la junta electoral y la comisión interna. Esos despidos tuvieron la complicidad de la UTPBA, y lo denunciaron los compañeros y referentes en su momento. Era evidente entonces que en este nuevo conflicto no iban a tener ningún rol. Lo que hay que destacar -y es algo que vi muy pocas veces-, es que las cámaras empresariales recurrieron a una presentación judicial que realizó la UTPBA porque nosotros estábamos negociando paritarias en el marco del ministerio de Trabajo. Quien hace la denuncia es la UTPBA con las planillas de actas que firmamos en el ministerio, y eso se lo facilitaron las mismas empresas, entonces la connivencia entre las empresas y la UTPBA es total y eso está a la vista. Y se ve también en los cierres de paritarias porque en el periodo 2022-2023 cerraron con el 56%. Recién al final del periodo lo revisaron para que quede un 92%, que es bajísimo, y ahora negociaron un 35% hasta noviembre. Obviamente que cuando digo “negociaron” es a espaldas de los trabajadores, sin ningún plenario de delegados, sin ninguna consulta, sin ningún plebiscito, sin ningún mecanismo que le dé legitimidad a esa firma. Pero si uno ve además esos números en un momento donde hay un 110% de inflación... Eso también genera que nuestra actividad se termine degradando mucho con compañeros y compañeras que tengan que tener dos, tres, o cuatro trabajos para llegar a fin de mes, y compañeros con casi 30 años de antigüedad cobrando 220 mil pesos. Es algo que cuando lo contás no lo pueden creer. Compañeros calificados, con estudios, con oficio. Así que la verdad es que la situación es muy mala y la UTPBA tiene, en gran parte, mucha responsabilidad.

¿Y entonces por qué crees que la UTPBA sigue entorpeciendo el accionar del SiPreBA?

Yo creo que en los papeles la UTPBA sigue apelando a su condición de sindicato, pero en la realidad quienes apelan contra el SiPreBA son las empresas de medios, particularmente el Grupo Clarín. Eso está a la vista. Con los 48 despidos el Grupo fue contra el SiPreBA y la organización de los trabajadores en la Ciudad de Buenos Aires. El ejemplo que quieren dar es que si te organizás, te despedimos o te hacemos la vida imposible para que no puedas negociar tu salario.  También queda demostrado después el rol que le cabe al Poder Judicial en la democracia: lo único que hace es dilatar en contra de los intereses de los trabajadores y trabajadoras, sobre todo en un año electoral como este y en un contexto inflacionario trágico. Entonces vamos a recurrir a todo tipo de movilizaciones para que la Justicia resuelva rápido. Porque además el trámite de personería gremial fue largo, fue puntilloso, hubo un proceso minucioso de análisis de nuestros padrones, de nuestros libros contables, de nuestros libros de afiliados, de los de la UTPBA que no pudo presentar nada. Finalmente el Ministerio de Trabajo llegó a la conclusión de que somos los verdaderos representantes de los trabajadores y trabajadoras de prensa. La Justicia, en cambio, lo que hace es dilatar esa decisión.

 

¿Cómo estás viendo la situación política actual, tanto en la oposición como en el oficialismo?

En el caso de la oposición pienso que el año electoral junto a las redes sociales y los medios envalentona a los dirigentes con discursos que después son impracticables. Lo que hablo con compañeros es que no hay que entrar en pánico ante los agoreros de la destrucción total del Estado, de los derechos laborales, del salario. Obviamente que hay temor e incertidumbre pero si tenemos unidad de la clase trabajadora, si estamos en la calle, si tenemos compromiso... Hemos combatido los ataques de la derecha muchas veces, no sólo en los medios públicos sino también en los medios privados. El caso del Grupo Clarín es un ejemplo. Por el lado del oficialismo a mí me da mucha tristeza haber dejado pasar una oportunidad como esta. Nos quedamos en el diagnóstico, en una cuestión retórica, cuando en el día a día la gente la está pasando muy mal, cada vez peor. Nosotros lo vemos con nuestros compañeros que son asalariados, con convenios colectivos y están muy mal. Es lógico que haya un desencanto y que la gente le dé la espalda al oficialismo. Espero que haya una acción política que respalde un programa para que la gente acompañe en las urnas una opción a favor de los sectores populares y no en contra.

 

¿Ese desencanto que mencionás termina generando emergentes como Javier Milei?

Creo que hay un desencanto generalizado porque no se resolvieron los problemas a la ciudadanía y que se recurrió a un discurso bastante conservador por parte del oficialismo, potenciado por la lógica de las redes sociales y los medios de comunicación. También la pandemia potenció cierto individualismo en la sociedad. Por eso creo que acierta Cristina cuando habla de salir a militar en el cuerpo a cuerpo. Muchas veces se habla de los problemas de comunicación del gobierno y creo que el problema, primero, es político.

 

¿A qué atribuís la propagación de los discursos de odio en las redes sociales y los medios de comunicación?

La lógica de las redes ligadas al algoritmo para mí generan microclimas para darse manija entre todos y generar intercambios que en el cara a cara no llega a un clima de odio y confrontación extrema. Ahí la derecha tiene herramientas y lucidez en potenciar y profundizar la grieta, para segmentar ideológicamente a la población, y generar sentidos de opinión que no son mayoritarios pero tienen un núcleo militante intenso. Ahí hay una lógica determinada de quienes manejan las redes sociales. Por eso tenemos que discutir desde los medios de comunicación cómo regulamos en un sentido económico las grandes plataformas que se llevan la renta y los trabajadores y trabajadoras de prensa no vemos nada, y en un sentido sociopolítico también. Lo que antes en nuestro país era Papel Prensa hoy es Facebook y Google.

 

¿Las nuevas tecnologías, y particularmente la inteligencia artificial, ponen en crisis el oficio del periodista?

Creo que no hay que tener una visión nostálgica de nuestra actividad, y a los cambios tecnológicos hay que saber adaptarse y regularlos. Para ello es necesario tener organizaciones sociales y un Estado fuertes que traten de amortiguar el golpe. Tenemos que lograr perfeccionarnos, generando una sinergia entre las nuevas y las viejas generaciones de la manera menos disruptiva posible, con políticas de conjunto con el Estado. A los empresarios no les importa la excelencia profesional, le interesan sus negocios y exprimir al Estado con pauta oficial. Nosotros somos los que debemos cuidar el oficio. Creo que existe el rol y lo que cambia son las formas de ejercerlo. Por citar un ejemplo, hoy no escribe nadie con máquinas de escribir, pero nuestra actividad va a seguir siendo necesaria y hay que estar a la altura de los cambios.

 

¿Cuáles son los desafíos del SiPreBA en la actualidad?

La recomposición salarial es urgente y es un eje ineludible para nosotros porque tenemos trabajadores y trabajadores con tres y hasta cuatro empleos, y eso degrada nuestra actividad. En ese sentido hay dos cuestiones centrales más, la distribución de la pauta pública porque ordena a todos los medios de comunicación. La semana pasada un empresario de uno de los principales medios nos contó que el 40% de sus ingresos era por la pauta del Estado. Yo creo que si dijo eso debe ser más el porcentaje, y también creo que eso es una oportunidad para que el Estado intervenga planteando que las empresas no pueden despedir, no pueden tener salarios por debajo de la pobreza, para la capacitación de los y las trabajadoras, para generar una bolsa de trabajo para aquellos que no consiguen trabajo.  Y por último la regulación de las plataformas, porque obtienen una renta valiéndose del trabajo periodístico, y también regulando el contenido porque no puede ser que circule cualquier cosa.

 

 

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