30/05/2018

Rafael Klejzer, secretario general de la CTEP y dirigente del MPLD

"Me gustaría ver a los Tosco conduciendo la CGT"

Con Rafael Klejzer analizamos la importancia de la organización sindical de los movimientos sociales: “No es tiempo de arrastrar compañeros sino de fortalecer identidades. Y lo que organiza al pueblo siempre es el laburo y la lucha”.

Le dicen “Rafa” a secas, y de entrada impone cierta distancia, pero rápidamente comienza a conversar con la confianza y la convicción que le dan los años de lucha en la calle intentando organizar a “los que no cerramos” en el sistema. Nos recibe en el Bar Social, Político y Cultural “La Dignidad”, ubicado en el barrio de Villa Crespo, su lugar de nacimiento. Y con estas palabras se pueden sintetizar los ejes de nuestra conversación: la sociedad, la política y el cambio cultural que encara con la dignidad de saberse “un tipo que es fruto de las nuevas luchas que se dieron en la década del ’90. De aquellos jóvenes que buscamos nuevas prácticas políticas rompiendo con el sistema político tradicional. Entendiendo que la disputa se trasladaba a los territorios, a partir de los movimientos sociales y piqueteros. Soy la expresión de eso”.

Rafael Klejzer es el Secretario General de la CTEP en la Ciudad de Buenos Aires y con él analizamos la importancia de la organización sindical de los movimientos sociales: “Tener una definición de sindicato implica que el resto de los trabajadores de la economía popular peguen un salto en la discusión. No es tiempo de arrastrar compañeros sino de fortalecer identidades. Y lo que organiza al pueblo siempre es el laburo y la lucha”.

-¿Cómo definirías a un trabajador de la economía popular?

-Creo que es un compañero que ha ganado en “la conciencia para si”, lo que es la identidad del laburante. Un compañero que venía muy baqueteado con lo que fue el desocupado, el movimiento piquetero mas bolsonero en el sentido de la olla popular. De ahí viene una identidad muy fuerte de laburante. Por otro lado, somos los que queremos volver al mercado laboral pero poniendo las condiciones a nuestro favor. Y tercero, algunos dicen “la cultura del descarte”, otros decimos “los que no cerramos” ante las nuevas tecnologías, la globalización, la victoria del capital especulativo frente al capital productivo. Somos toda esa masa de trabajadores. Es imposible pensar la Argentina en términos de lo que fue el industrialismo, la sustitución de importaciones que hubo en la década del ´40. Hoy en Argentina somos un millón doscientos mil obreros industriales, Cristina (Fernández de Kirchner) lo dejó en 1.500.000, muy poco para mi entender. Hoy hay 300 mil trabajadores menos. Es imposible pensar la Argentina con un 1.200.000 de obreros industriales cuando fuimos la vanguardia de la industrialización en América Latina. Los que sobran, en algún lado están, ¿están en el comercio? ¿están en los servicios? Bien, hay 9 millones de trabajadores que somos expresión de la economía popular, que estamos por afuera, y nos inventamos un laburo para poder subsistir.

-¿Qué cambió a partir del 10 de diciembre de 2015?

-El gobierno propuso cambios en términos de restauración oligárquica. Dijo que no iba a tocar ninguna conquista popular y creo que por eso en algunos sectores de las barriadas populares lo acompañaron. Al primer año licuó toda perspectiva de seriedad y creo que está liquidado él (Mauricio Macri) en términos personales, no así María Eugenia Vidal. Vinieron a aplicar un programa de concentración y extranjerización de la economía, garantizar los dólares para la fuga de capitales, la deuda la tenemos nosotros, la fuga la tienen ellos. No hay una sola medida feliz para nuestro pueblo, ninguna. Compañero ¿Cuál fue la medida que lo benefició de este gobierno? Y me puede decir que los carriles exclusivos llegan a 5 cuadras de la Av. General Paz. Está bien compañero, pero tu pibe no puede ir al hospital. Entonces ahí está el desafío nuestro en términos de comunicación.

-¿Cuál es el objetivo de la Marcha Federal este año?

-La Marcha Federal viene a expresar la unidad de los movimientos sociales. A nosotros el gobierno nos pidió tregua. La contestación es redoblar los esfuerzos y no darles nada de tregua. Los sectores dinámicos son los trabajadores y los movimientos organizados, no es el sistema político por suerte. Con la movilización popular del 25 de mayo, la Marcha Federal y los intentos del movimiento obrero para poner un paro general, de ahí tiene que salir una propuesta política de unidad. Esto se para en unidad. No sólo tenemos que parar al gobierno sino a las políticas que se vienen. Los milicos no se atrevieron a aplicar muchas políticas que este gobierno lleva adelante.

-¿Que cada vez sean más multitudinarias las movilizaciones es algo positivo o, al contrario, demuestra el crecimiento de la informalidad laboral?

-Por un lado expresan la bronca de la gente. No está canalizado políticamente, ni en pedo, eso hay que construirlo para no terminar siempre en lo mismo. Ahora, nuestras organizaciones crecen porque hay miseria en Argentina. Estuve en Tartagal y los compañeros están a torta frita y mandarina, con suerte conseguís una empanada de mondongo. La diferencia con el 2001 es que hay 9 millones de familias con un ingreso universal, la AUH, los programas sociales, si no estaríamos estallados. Esa es la gran diferencia. Si no habría 9 millones de compañeros que nos estarían diciendo “vayamos a La Rosada”, que fue lo que nos pasó en el 2001.

-¿Qué significa la llegada del FMI para el sector que representás?

-Nosotros no tenemos dólares. Eso no implica que no entendamos que por cada dólar que venga es más hipoteca para nosotros. Eso hay que devolverlo de alguna forma. Nosotros no estamos de acuerdo con el proceso de desendeudamiento que hubo, lo novedoso fue la quita del 75%, no así el reconocimiento de que la deuda contraída fue ilegítima. A la deuda antes de pagarla había que investigarla. El problema con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no es el crédito barato sino las condiciones que te imponen para dártelo, saqueo y extranjerización, desindustrialización, un neoliberalismo que nunca nos sirvió. Estamos volviendo a tropezar con la misma piedra. Era el objetivo del círculo rojo, de los sectores dominantes, cuando puso a sus lacayos. Ahora pasamos a ser una administración colonial, al firmar con el FMI, Macri deja de ser un Presidente soberano, y las decisiones vienen del extranjero con las que perdemos todos los sectores populares. Entendemos que de darse las condiciones que se plantean para el ajuste, esto termina muy mal.

-¿Cómo surge la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP)?

-La CTEP surge en 2010/2011, cuando algunos sectores entendían que no alcanzaba con las políticas del gobierno, no se llegaba al último de la fila. Se fueron construyendo herramientas para poder incluir a los compañeros. Otras corrientes, más ligadas a la iglesia, entendían que este no era un problema local sino internacional, y consideraban que había que generar la organización de los excluidos. Y los que veníamos de un palo mas marxista entendíamos que había un proceso de desindustrialización muy fuerte, que no había un plan económico basado en una transformación real como lo planteaba (Hugo) Chavez en Venezuela. Pero al mismo tiempo somos organizaciones que anteponemos los sectores de los trabajadores sindicales ante la organización. Fortalecemos los organismos populares independientemente de la organización política.

-¿A partir de eso surge el Sindicato Único de Trabajadores de la Economía Popular (SUTEP)?

-El SUTEP es una propuesta que le hicimos a Barrios de Pie, la CCC y otras organizaciones para pegar un salto. Nosotros somos un sindicato, el resto son movimientos. Tener una definición de sindicato implica que el resto de los trabajadores de la economía popular peguen un salto en la discusión. No es tiempo de arrastrar compañeros sino de fortalecer identidades. Y lo que organiza al pueblo siempre es el laburo y la lucha, si no terminamos como (Raúl) Castells, que se yo.

-¿Cómo analizás la situación de la CGT actualmente? ¿Qué opinión tenés sobre la posibilidad de una fórmula entre Pablo Moyano y Sergio Palazzo para conducir la CGT?

-Soy respetuoso de otras organizaciones sindicales, independientemente de que me gusten o no. Los compañeros son los que deben definir la conducción de los sindicatos. Ahora estamos peleando por el paro general pero se lo pedimos a los mismos que no quieren el paro general. En una reunión con los hermanos Daer nos sentaron a Eduardo Duhalde a la mesa. Fue un acto de provocación. Y nos mandaron a que presentemos por mesa de entrada nuestro pedido de ingreso a la CGT. Yo acompaño lo que dice la CTEP en este aspecto. Si bien necesitamos una única central para llevar adelante el paro general, también del otro lado nos dicen que nunca en la historia hubo una sola CGT. Tampoco voy a abonar a la política de tres CTA en Argentina, es incomprensible. Y para pelearse se necesitan dos. Por supuesto que me gustaría ver a los “Tosco” conduciendo a la CGT.

-¿Cómo es la relación de la CTEP con el Ministerio de Desarrollo Social tanto a nivel nacional como en la CABA? ¿Hay diferencias?

-Cuando le interesa, el gobierno dialoga. Nosotros siempre queremos dialogar porque tenemos que plantear las necesidades de los laburantes. Dos veces por semana sacamos a los senegaleses de las comisarías porque no los dejan vender. Estamos negociando paritarias. Con la ministra de Desarrollo Social Nacional no nos juntamos desde diciembre, y en la Ciudad no nos juntamos desde octubre/noviembre. Acá en la Capital armamos unidad con UTE, ATE y Metrodelegados porque representamos a 15 mil trabajadores que están en convenio con la Ciudad de Buenos Aires, que van desde los cartoneros hasta los recolectores de basura donde no entran las empresas. Así que tenemos al mismo patrón, al mismo enemigo.

-¿Considerás necesario que los sectores opositores a este gobierno se unan para enfrentarlo electoralmente en 2019? ¿Cuál es el límite?

-¿Me pedís la opinión de Rafael o de la organización que represento? Rafael cree que hay que hacer una gran oposición, ganarle al gobierno y condicionar al que gane.

-La CTEP lo está discutiendo.

-Y La Dignidad aún más todavía.

-¿Creés que el Mundial de fútbol puede funcionar como cortina de humo para que el gobierno intente aprobar un proyecto de reforma laboral?

-No conozco a nadie que diga “salgamos campeones”. Para mí hay que salir campeones y sacar a Macri.

-En la Ciudad de Buenos Aires, hablar de economía popular, ante un electorado que votó a Elisa Carrió en las últimas elecciones legislativas, parece ser una discusión de otra galaxia ¿Cómo se interpela al electorado porteño?

-No sé, ya probamos un montón de cosas. Nos mataron a (Santiago) Maldonado, a Rafita (Rafael Nahuel), hicieron cada barbaridad, estigmatizan a los pobres, a los villeros, a los trabajadores, a los inmigrantes, a las Madres de Plaza de Mayo, a los sindicatos, y la gente reaccionó cuando aumentó el dólar. Este es el clima que se respira en la Ciudad de Buenos Aires, hay que acompañar eso, ser inteligentes para tender puentes. Algunos esfuerzos hacemos pero son medio invisibles, dialogamos con pequeños comerciantes, con vecinos organizados por temas locales. Creo que tenemos que ser claros en que el sistema político está bancando todo esto, Macri gobernó dos años y medio con acuerdo del Congreso. Tenemos que ir con una Constitución nueva debajo del brazo a hablarle a los vecinos, a los trabajadores, para cambiar las cosas.

-¿Cuáles son los objetivos de la CTEP de cara al 2019?

-La propuesta que le hacemos al resto de los movimientos y cooperativas es armar un único sindicato para tener la suficiente fuerza para discutir la renta del país. Si los trabajadores no discutimos la renta, otros la discuten por nosotros. No se trata de discutir un manguito más o un manguito menos, sino que tiene que ver con nuestros derechos conseguidos a fuerza de lucha. Otro objetivo es armar un gran bloque cooperativo que permita discutir la economía capitalista en otros términos. Con el sindicato entrar a la CGT creo que es medio difícil. Imaginate a los Daer, a (Andrés) Rodriguez, no les importa. Somos 250 mil compañeros en todo el país, hay que bancarse eso. Entiendo que sea una posibilidad pero ese no puede ser nuestro único plan.

Cafecito